miércoles, 12 de septiembre de 2012

La Historia del Graffiti.

Se llama "grafiti o pintada" a varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre mobiliario urbano. 



Proviene de la palabra plural tomada del italiano "graffiti", y su vez del latín "scariphare", que significa: marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro, es decir, el estilo o punzón con que escribían los antiguos en las tablillas. 

La Real Academia Española define como "grafito" una pintada particular, y su plural correspondiente es "grafitos", aunque esta palabra es específica de las inscripciones arqueológicas.


Su origen se remonta a las inscripciones que han quedado en paredes desde los tiempos del Imperio romano o incluso mas antiguas, especialmente las que son de carácter satírico o crítico.


El arqueólogo Raffaele Garrucci divulgó el término en medios académicos internacionales a mediados del siglo XIX.

El neologismo se popularizó y pasó al inglés coloquial al usarse en periódicos neoyorquinos en los años setenta. Por influencia de la cultura estadounidense, el término se popularizó en otros idiomas, entre ellos el castellano.

Curiosamente, aunque el término grafiti ha pasado a muchas lenguas, en italiano se emplea el término de origen inglés "writing" para referirse a los grafitos de estilo hip-hop, ya que grafiti se deja para su sentido original.


En el lenguaje común, el graffiti es el resultado de pintar textos abstractos en las paredes de manera libre, creativa e ilimitada con fines de expresión y divulgación donde su esencia es cambiar y evolucionar buscando ser un atractivo visual y con un alto impacto, como parte de un movimiento urbano revolucionario y rebelde; por lo tanto, una pintada política no se considera un grafiti como tal. El graffiti se realiza de manera espontánea, veloz, en lugares públicos, y en algunas ocasiones se mantiene el anonimato.

Los propios grafiteros, además de casi la totalidad de las referencias editoriales, medios de comunicación, páginas web y revistas especializadas; utilizan la acepción italiana "graffiti" para referirse al grafito tanto en su acepción de movimiento cultural y artístico como a las propias pintadas.

La costumbre de escribir el propio nombre en propiedades y lugares públicos es antiquísima, mas sin embargo el graffiti no se refiere a los escritos realizados por el autor de un monumento, sino a las que otros hacen posteriormente sobre el edificio acabado. Por ejemplo, las paredes de mazmorras y prisiones muestran los mensajes, dibujos y calendarios realizados por los presos.



Entre los romanos estaba muy extendida la costumbre de la escritura ocasional sobre muros y columnas, esgrafiada y pintada, y se han encontrado múltiples inscripciones en latín vulgar: consignas políticas, insultos, declaraciones de amor, etcétera, junto a un amplio repertorio de caricaturas y dibujos en lugares menos afectados por la erosión, como en cuevas-santuario, en muros enterrados, en las catacumbas de Roma o en las ruinas de Pompeya y Herculano, donde quedaron protegidos por la ceniza volcánica.





De época moderna se conocen también ejemplos, hechos por marineros y piratas que en sus viajes, al pisar tierra, dejaban sus iniciales o sus seudónimos marcados sobre las piedras o grutas, quemando un trozo de corcho.



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